hoy en día los niños(as) y jóvenes cada vez hacen menos actividad física. La era digital ha transformado la forma como se recrea la juventud y este cambio ha sido para mal. Es el movimiento de los dedos lo que realmente les divierte y entretiene: chatear por las redes sociales, navegar por internet, jugar videojuegos etc. Desde  la habitación  y sentado en una silla o cómodo en la cama el chico tiene un sinnúmero de posibilidades  para comunicarse con su grupo de amigos(as) sin necesidad de moverse demasiado.

Es por eso que estas transformaciones y cambios sociales producto de la revolución tecnológica, han conducido a que poblaciones de niños(as) y jóvenes adopten estilos de vida poco saludables. Cada vez menos se va a jugar a los parques en las tardes y horas libres, ni se practican  juegos o actividades de movimiento, habilidad o carrera;  también el descanso nocturno se esta viendo afectado por el abuso de la televisión y de  la  internet en horas indebidas alterando los ciclos de sueño;  y mas grave aun es el aumento  de enfermedades que se esta dando en la población joven como la obesidad, diabetes; cardiopatías como la hipertensión, problemas en los huesos y articulaciones debido al sobrepeso entre otras. Todas estas afecciones tienen  un estrecho  vínculo con el sedentarismo y otros malos hábitos de vida.

Bajo el contexto señalado anteriormente se supone un síntoma social alarmante,  que debe ponerse de manifiesto ante los actuales agentes educativos como la familia y la escuela. Ahora bien es cuando la educación física escolar   al igual que  en los hogares como en los colegios, se constituye como el eje articulador  en  el  que se inicia y reside gran parte de la responsabilidad en el tratamiento educativo de estas problemáticas. Por lo tanto la educación física escolar esta en la necesidad de plantear en la sociedad actual una educación que incorpore y practique una doble fundamentación basada en la educación de la salud y en una adecuada utilización del tiempo libre en ocio productivo.

Se pretende entonces buscar la creación de estilos y hábitos de vida y salud positivos (actividad física general,  ejercicio físico,  deporte escolar,  salud postural,  relajación,  descanso,  alimentación,  dieta etc…) y la prevención de los negativos (sedentarismo, consumo de drogas,  malos hábitos alimenticios, etc.) Todo esto consecuentemente favorecerá al desarrollo integral de la persona y a la mejora de su calidad de vida.

Esto hace constatar que la actividad física es el motor básico   de   salud del futuro, y por lo tanto la educación física escolar contribuirá en poner en marcha ese motor siempre y cuando se hagan planteamientos educativos y se fomenten estilos de vida activos desde la primera infancia de un niño.